No importa ya si se descarga Facebook, activa su cuenta de Google o da todos los permisos a una app rara de linterna o antivirus. Antes de cualquier acción, su móvil nuevo ha empezado a compartir detalles de su vida. El software que viene preinstalado de serie es el recurso más perfecto de ese móvil para saber su actividad futura: dónde está, qué se descarga, qué mensajes manda, qué archivos de música tiene.
Las apps preinstaladas son la manifestación de otro fenómeno: acuerdos entre actores (fabricantes, comerciantes de datos, operadoras, anunciantes) para dar, en principio, valor añadido pero también para fines comerciales.
El software preinstalado tiene otros dos problemas añadidos: uno, están junto al sistema operativo, que tiene acceso a todas las funciones de un móvil, y dos, esas apps se pueden actualizar y mutar.
El sistema operativo es el cerebro del móvil. Tiene acceso a todo siempre. No depende de que la app esté en marcha o de que el usuario pueda borrarla.
Estará siempre ahí y, además, se actualiza. ¿Por qué son importantes las actualizaciones? Aquí va un ejemplo: un fabricante ha dado permiso a una empresa para que ponga en el móvil código para comprobar algo inocuo. Pero ese código puede actualizarse y, dos meses después o cuando la empresa sepa que el usuario vive en tal país y trabaja en tal lugar, mande una actualización para hacer otras cosas. ¿Cuáles? Las que sea: grabar conversaciones, hacer fotos, mirar mensajes.
Las apps preinstaladas son fáciles de actualizar por su creador: si cambia el país o las intenciones de quien ha colocado ahí un sistema de rastreo, se le manda nuevo software con nuevas órdenes. El propietario de su móvil no puede impedirlo y ni siquiera se le piden permisos específicos: se actualiza su sistema operativo.
"Esa información a veces es descomunal: características técnicas del teléfono, identificadores únicos, localización, contactos, mensajes o emails"
"Algunas de esas apps llaman a casa pidiendo instrucciones y mandan información de dónde están instaladas. Esa información a veces es descomunal: informes extensos con características técnicas del teléfono, identificadores únicos, localización, contactos en la agenda, mensajes o e-mails. Todo eso lo recoge un servidor y toma una decisión de qué hacer con ese teléfono. Por ejemplo, según el país en el que se encuentre puede decidir instalar una app u otra, o promocionar unos anuncios u otros. Se Ha averiguado analizando el código y comportamiento de las apps".
Fuente El Pais
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